El 15 de julio de 2011 fue uno de los peores días de mi vida, que cambió mi mundo entero. Era luna llena, como la noche en que obtuve mi primer DUI. Tenía veintidós años y vivía en el cuerpo de una mujer de sesenta años; diagnosticado erróneamente con una enfermedad rara y grave y recibiendo algunos tratamientos serios para esta enfermedad durante mucho tiempo.
Tal vez comía una vez por semana, pero mi cuerpo estaba constantemente hinchado. Pesaba unas cien libras y bebía dos botellas al día de cualquier vodka que fuera más barato. En este punto, ya estaba enferma por los retiros de alcohol, o totalmente inconsciente, sin recordar los detalles del día anterior. Esta ha sido mi rutina diaria durante cinco años. Yo tenía un trabajo. Estaba funcionando. Hasta el día de hoy, no tengo idea de cómo pude siquiera salir de la cama, y mucho menos tener dos trabajos. Estaba bien.
Entonces, estaba acostumbrada a los ataques de pánico cuando me desperté; esto era normal para mi. Estaba acostumbrada a los vómitos explosivos cuando trataba de tragar suficiente alcohol solo para que se detuvieran. Los temblores de todo el cuerpo y escalofríos fueron normales hasta aproximadamente las 3:00 p.m. Estaba acostumbrada al insomnio y a la completa falta de apetito. No me importaba mi bienestar. Simplemente hice lo que creía que los humanos harían todos los días.
La Progresión de Mi Alcoholismo y Síntomas de Abstinencia
En esa noche, experimenté Delirium Tremens (DT) por primera vez. Esto era algo a lo que no estaba acostumbrada. Pasé seis horas alucinando antes de llamar al 911. Estaba viendo cosas que no estaban allí y oía sonidos que no estaban sucediendo. Llamé al 911 para contarles todo sobre un tiroteo que ocurrió en mi casa.
No hubo disparos en mi casa. Las personas de las que hablé ni siquiera estaban en mi casa. La policía, los paramédicos y un helicóptero se presentan a mi casa para este tiroteo. Huelga decir que terminé en la sala de psiquiatría.
Esta no era su típica espera de 72 horas. Me tuvieron en ese hospital durante dos semanas antes de que inevitablemente me dieran el ultimátum de que era rehabilitación o en las calles. No fue una elección difícil. Quería ayuda, quería ser sobria sin estar tan increíblemente enferma. Yo quería tener un trabajo por más de unos meses. Yo quería una vida.
Cómo Obtuve La Ayuda Que Necesitaba Para Mi Alcoholismo
Nunca se me ocurrió que la rehabilitación era una opción para alguien como yo. Por la forma en que se retratan estos centros de tratamiento en televisión y películas, supuse que las rehabilitaciones de drogas y alcohol eran para los ricos y famosos o para las personas que tuvieron la suerte de participar en un episodio de Intervención.
Pero, allí estaba yo. Despidiéndome de las pocas personas que quedaban que me hablaban. Empaqué para ir a un programa de tratamiento residencial. Mi asistente social me dijo que mi seguro cubría el costo total del programa. Estaba sorprendida, emocionada, asustada, aprensiva, pero sobre todo … tenía esperanzas. Tenía esperanzas por primera vez en mucho tiempo.
El 15 de julio de 2011 fue el primer día del resto de mi vida. Aunque nunca quiero mirar atrás, es un día que nunca olvidaré.
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